El proyecto

Travesía de vigo_ galería adhoc 15_09_06 / 04_11_06

travesía de vigo_ es un trabajo alrededor de la calle homónima de Vigo. El crecimiento urbano vigués puede verse representado muy claramente en el entorno de esta travesía en la que conviven lo rural y lo urbano, dándose literalmente la espalda, sin ningún límite físico. En esta calle también existe un edificio, conocido como los edificios de Fenosa, o más popularmente como las grilleras, que representa un nudo conceptual muy interesante: es un icono del desarrollo industrial de la ciudad, está situado en un entorno que continúa, casi, siendo rural y es un buen ejemplo de la arquitectura moderna al tiempo que se considera un ejemplo de «lo feo».
En el fondo subyacen cuestiones relacionadas con la falta de adecuación entre los usuarios y los edificios y de consideración hacia las dinámicas de ocupación, no sólo del edificio como objeto, sino del entorno más immediato que forma parte del paisaje cotidiano de los habitantes y del modo en cómo se aprehende su realidad social.
Estas cuestiones se han plasmado en varias actuaciones. En primer lugar dos vídeos proyectados sobre una silueta de los edificios. Esta vídeoinstalación ofrece una representación del edificio desde el punto de vista de los habitantes: el exterior desde un coche que pretende aparcar, y por tanto es una mirada cercana en la que se observan los cambios que la vida diaria provoca en el edificio y lo hace «feo»: la ropa colgada, los cables, las pintadas... que se borran mágicamente en un acto que se asemeja a la capacidad de abstracción que tenemos cuando estamos tan acostumbrados a ver una cosa que no reparamos en las heridas del tiempo. La representación interior del edificio es a través de los ojos de una propietaria que nos enseña lo que le une emocionalmente con el piso: los armarios empotrados, que en los años 60 fueron innovadores, las ventanas a la ría, los dos pisos del dúplex, el descampado exterior autogestionado, los muebles de la cocina...
Confrontado con esta visión que no se ajusta a los códigos de la representación urbana a los que estamos acostumbrados: fotografías descriptivas de los pisos en las que no importa tanto el espacio como ciertos códigos de lujo, tanto en el exterior como en el interior, hay una propuesta de cuatro alumnas de cuarto de la ESO. Estas alumnas han interpretado el espacio de uno de los pisos del edificio y han construído sus ficciones. El interés que tiene este ejercicio es comprobar como el hecho de enfrentarse al problema de construir su propio espacio les hace llegar a soluciones poco convencionales, que tampoco se parecen a los modelos establecidos, pero que quizá se asemejen a aquellos de la autoconstrucción. La práctica nos enfrenta con los tópicos del gusto, tanto el popular como el cultivado.
Por último, como conclusión a esta reflexión visual, se ha realizado una intervención en el solar trasero de los edificios, que está funcionando como un espacio híbrido entre parking, parque y lugar de encuentro más o menos informal. Como ya se mencionó anteriormente el problema espacial no es tanto de los elementos individuales, como de la falta de adecuación entre ellos. Y justamente ese espacio es un elemento clave de relación.
Se instalaron tres bancos movibles con el tamaño exacto de tres jardineras que forman parte del mobiliario urbano del centro de Vigo. En los últimos años se está llevando a cabo un «embellicimiento» del centro de la ciudad usando materiales nobles, como granito, metal y árboles como el olivo. La proporción de elementos embellecedores es muy alta en el centro, unas pocas calles, pero casi inexistente en otros lugares. Aunque lo que más se echa en falta es una planificación más global, otra vez el mismo problema de antes.
Estos maceteros móvibles quieren convertir lo que era un objeto decorativo en el centro en un objeto de uso en este espacio autogestionado. Pero además, quieren convertirse en OBJETOS DE INTERPRETACIÓN ESPACIAL a través de los cuales escuchar, observar las vivencias y las articulaciones del lugar y sus habitantes.
A fecha de hoy, en mitad de la exposición, sólo queda uno de los bancos movibles, pero queda registrada su historia.